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Es importante apreciar el trabajo que se realiza en un lugar especializado donde se encuentran los niños de diferentes edades y condiciones ya que NO son guarderías, sino que son lugares donde se realiza un trabajo integral con los más pequeños de los hogares.
Las educadoras o formadoras en el desarrollo infantil temprano programan actividades diseñadas para conseguir un desarrollo integral de los niños, planifican contenidos, objetivos, ejes transversales, integran el desarrollo de las inteligencias múltiples, y lo más importante escuchan con los oídos, con la mirada y con el corazón las necesidades que los niños tienen buscando soluciones.
Enseñan a nuestros hijos, les ayudan a generar hábitos, rutinas y normas de convivencia que les van a ayudar a afrontar la vida de manera más independiente, aprenden a comer de forma autónoma, a ponerse el abrigo, a permanecer sentados esperando su turno, a compartir con otros niños, aprenden a hacer fila, recoger juguetes, ordenar, identificar sus propias características con las de los demás, aprenden a pensar por ellos mismos, darse cuenta de sus errores y a crecer como personas.
CIDEC es un lugar de aprendizaje siendo parte de ella la socialización con otros niños y niñas de su misma edad, Para poder afrontar esta situación hemos tomado acción para la interrelación familiar.
“En CIDEC solo van a jugar” cierto, verdaderamente cierto ¡Pero que juegos, que actividades! No van a jugar solamente, a través del juego es como se aprende, ¿o acaso nunca has retenido en tu memoria para siempre algo que hiciste con gran placer?
Los juegos que se plantean son experimentación, son vivencia, son contacto real con la vida, no es juego simplemente, manipulan materiales de uso doméstico con los que aprenden, como el juego heurístico… juegan con elementos plásticos, se inician en el trazo, conocen diferentes técnicas artísticas. Desarrollan estrategias de creatividad, ello les hará ser capaces de pensar por ellos mismos, de ser seres creativos, al fin y al cabo son las personas creativas las que mueven el mundo. Se inician en actividades como mirar y cuidar cuentos, es maravilloso que un niño con un año sea capaz de mirar cuentos, pasar páginas… construyen a través de la experimentación, la observación, crean y crecen… No es jugar por jugar, ni son juegos simples sin sentido, detrás hay mucho trabajo y es necesario saberlo.
Otro de los puntos donde se incide es en cuanto a límites y común acuerdo entre escuela y familia. Muchas veces las familias recurren un centro infantil o jardín, sin informarse de la malla curricular o su pedagogía. La formadora o educadora de su niño o niña debe estar en constante comunicación con la familia y, de forma conjunta se busca una solución a las emociones de rodean a los pequeños.
De entre muchos de los trabajos de gran importancia están por ejemplo: el tema de quitarles el pañal, introducir nuevos alimentos.
Lo que ocurre en algunos casos es que la educadora practica en clase lo establecido, pero las familias terminan acomodándose y dejando su parte de trabajo a la formadora o educadora.
La única persona que sufre las consecuencias de esta contrariedad son los pequeños, porque son ellos, los que salen perjudicados de todo ello y se queda a mitad de camino, frustrado ante sus nuevos logros.
Los centros o jardines son muy pero muy importantes y debemos entrar en conciencia de ello, hoy en día donde la vida se vuelve más competitiva en la etapa adulta, los padres deben preparar a los nuevos científicos, atletas, cantantes, ingenieros, matemáticos, músicos, bailarines de talla mundial, del mañana y confiar plenamente en un lugar especializado con preceptos amplios de moral y mucho amor para con los más importantes del hogar que son los hijos y trabajar de común acuerdo por el bien de ellos.